Por ejemplo, la Tristeza nos puede hacer sentir en muchas ocasiones dolor en nuestro corazón y en nuestra alma, y nos informa de que algo importante hemos perdido para nosotros. Una vez que la Tristeza aparece, comienza automáticamente el proceso de curación de esa pérdida (lee este artículo para ampliar más información).

 

Otra emoción, la Rabia/el Enfado, nos puede informar de que algo nos ha hecho daño, alguien o algo ha entrado en conflicto con nuestros valores, o por ejemplo, alguien ha invadido nuestro espacio más íntimo, ese que si se pasa nuestra autoestima se ve afectada (ese espacio que nadie debe ni puede invadir). Cuando sentimos que alguien ha traspasado esa barrera que no toleramos, nos revelamos y marcamos territorio.. ¿Cómo? Enfadándonos.. las maneras de cómo nos enfademos ya depende de nuestra destreza para poner en marcha lo que llamamos Asertividad (lee este artículo para más info).

 

Como puedes ver, todas las emociones tienen sus funciones y la Sra. Ansiedad no iba a ser menos.

 

Y te preguntas.. ¿En serio? La Ansiedad con lo “puñetera” que es… ¿tiene una función? Sí, la tiene.

 

La Ansiedad tiene la función principal de hacer de tapadera.. ¿Tapadera de qué? De otras emociones. Nuestro cuerpo, mente o espíritu hay veces que nos protege de “males” mayores, porqué tal vez no estemos preparados para digerir según qué situaciones. 

 

Pongamos un ejemplo. Una persona ha sufrido un hecho traumático (no hace falta que sea grave, a veces es suficiente que ese hecho nos haya marcado en un momento dado, es lo que llamamos traumas menores), y a partir de entonces,  (a veces tarda de días a meses en manifestarse), aparecen cuadros de ansiedad, esporádicos o recurrentes, cuando ella quiera saldrá, en la medida que quiera, con la intensidad que desee y cuándo desee, ella es sí.  

 

Esto sucede porque en el momento que nos sucede un hecho traumático (mayor o menor) no trabajamos la emoción primaria, esto es, Tristeza, Rabia, Miedo, Vergüenza, etc… ésta queda allí, esperando a ser trabajada, porque no creas que desaparece por arte de magia, NO.  Ella espera y se transforma en otras, porque al no poder ser trabajada en el momento del hecho traumático, al no poder gestionarla, ya que son duras en esos momentos para nosotros, nuestro cuerpo las transforma en otras. Las podemos somatizar a nivel corporal como tener dolores de cabeza y migrañas, dolores de espalda y cervicales, de estómago, etc… y hay otras que se transforman en Ansiedad, por ejemplo.

 

Y esto.. ¿Por qué? Porqué lo que no se resuelve, nuestro cuerpo lo guarda y lo transforma. 

 

Las emociones no trabajadas no desaparecen, permanecen ahí, a veces disfrazadas de otras, a veces son como una nube negra que todo lo cubre, a veces en forma de sensación que hay algo que espera como detrás de una puerta y que no queremos abrir porque tenemos miedo a sentir, ya que duele y evitamos el dolor para no sufrir. Pero bueno, ya sabemos que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

 

No podremos evitar el dolor, nunca, y si lo evitamos nos esperará pacientemente, dándonos señales, en forma de malestar corporal, como la Ansiedad o de otras maneras, a veces realmente creativas, que lo que nos piden a gritos es que quieren ser liberadas para dar lugar a un aprendizaje inevitable de situaciones que, aunque duelan, nos hacen crecer como personas.

 

Anaïs Ciprián

Colegiada núm. 20169

Terapia Breve e Integradora

www.psicologiabreve.es