"Bien" o "Mal" no existen

Bien y Mal no existen (casi nunca)

 

El bien y el mal resultan unos adjetivos muy sentenciosos. Me viene a la mente, cada vez que lo escucho, el típico juez con el martillito cuando sentencia al acusado como culpable o inocente (siempre interpretando las leyes, claro). O también me imagino al típico cura dando la misa en una iglesia.

 

Como nosotros nos somos jueces ni juezas ni curas (la mayoría no lo somos), el tema de decir que algo está bien o está mal me parece que es algo que no nos compete. Por lo menos a mí, claro. Los psicólogos, cuando estamos pasando consulta, no solemos hacer juicios de valor cuando nuestro cliente nos está explicando algo (algo que siente, que piensa o que hace).


Es por esto que las personas que vienen a consulta no se sienten juzgadas, por el contrario, se sienten comprendidas y es por esto que se abren a nosotros, y así podemos ayudarlas y acompañarlas en su proceso terapéutico.

 

Seguramente cuando hemos escuchado la  frase “esto que haces no está bien” o “esto que piensas está mal”, etc.., alguna vez habréis pensado o incluso dicho, “estará mal para ti porque para mí, no está mal”.

 

Claro está, cada uno tiene su medidor de "maldad/bondad" frente a cualquier situación, porque cada uno ve las cosas según su prisma, según sus filtros y bajo su propia experiencia. Cada uno emitimos una opinión frente a estos parámetros, entonces… ¿Cuántos “bien” o “mal” existen en el mundo?

 

Os propongo una cosa, podríamos hacer un experimento de aquí en adelante. Yo lo hago constantemente y es fantástico.

 

Cambiar: Bien  -> Útil y  Mal  ->  No útil

 

Yo prefiero utilizar el primero, “útil”, ya que se piensa en positivo.

 

Normalmente, cuando queremos ayudar a alguien y queremos aconsejarle damos nuestro punto de vista. A veces, hacemos un juicio de valor a esa persona, y muchas veces, no se siente comprendida. ¿Os ha pasado cuando os lo hacen a vosotros?

 

Pongamos un ejemplo:

 

  •  Pensar así está mal y no te va bien para tu depresión.

 

Y si lo cambiamos por:

 

  • ¿Pensar así te es útil para estar menos depresiva?

 

Creedme que con esta segunda opción se ponen en juego muchos mecanismos y, sobre todo, no juzgamos. ¿Veis la diferencia?

 

De esta forma, hacemos pensar a la persona, que reflexione sobre su pensamiento y sobre su utilidad en ese momento.

 

Por un lado, si no le es útil y quiere cambiarlo, será consciente y podrá tomar cartas en el asunto. Por otro lado, si le es útil y no quiere cambiarlo, está también en todo su derecho, estemos más o menos de acuerdo.

 

A veces, las personas piensan o hacen ciertas cosas porque les es útil, aunque muchas veces no se entienda a nivel racional, para ellas sí que tienen utilidad.

 

Como, por ejemplo, la persona que sigue con pensamientos y conductas depresivas porque así recibe atención de los demás, o el niño que se porta “mal” porque le es útil para conseguir lo que quiere, ya sea atención de sus padres o para que le compren algo que quiere, o ¿nos os ha pasado de escuchar a alguien quejarse constantemente y que no hace nada por estar mejor?

 

Si queréis hacer el experimento de cambiar la manera de expresaros a partir de hoy mismo.. Empezaros a preguntar, tanto a vosotros mismos como a los demás, si algo es útil o no es útil para cualquier cosa o situación que os suponga un dilema o dificultad. Os sorprenderéis de los resultados.

 

¿Os ha sido útil esté artículo? ¡Espero que sí!

 

Anaïs Ciprián

Colegiada núm. 20169

Terapia Breve e Integradora - www.psicologiabreve.es

Escribir comentario

Comentarios: 0